El lanzamiento de la operación «Guardián de la Prosperidad», anunciada por EEUU, que estará al frente de la misma, supone la expansión de la fuerza marítima multinacional presente en aguas del Golfo Pérsico ante la aparente falta de voluntad hasta el momento de llevar a cabo bombardeos contra los rebeldes en Yemen ante el riesgo de expansión del conflicto en Oriente Próximo. La misión internacional estará formada por Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Seychelles y España, aunque el ministro de Defensa español ya ha adelantado que la participación española estará sujeta a decisiones de la UE y la OTAN. Su objetivo público es detener los ataques reivindicados por los hutíes de Yemen, que han puesto como condición que Israel cese sus ataques contra la población palestina de la Franja de Gaza, y garantizar la seguridad en esta estratégica ruta comercial marítima. Los ataques directos contra posiciones de los hutíes en Yemen fueron descartados de momento ante el temor de implicar directamente a Irán en el conflicto, así como a las milicias proiraníes en Irak y Siria.
