Este jueves y el viernes los magistrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) escucharán celebrarán las primeras audiencias por la acusación de Sudáfrica contra Israel por los actos intencionales de «genocidio» y omisión en la ofensiva israelí de la Franja de Gaza. «Los actos en cuestión incluyen matar palestinos en Gaza, causarles graves daños físicos y mentales e infligirles condiciones de vida calculadas para su destrucción física», explica el documento presentado por la delegación sudafricana. Si los magistrados del CIJ aceptan el caso, la sentencia definitiva tardaría años en llegar, aunque sería vinculante, ya que la corte mundial tiene jurisprudencia sobre Israel, signatario desde 1951. Por otra parte, altos cargos del gobierno de EEUU han calificado en numerosas ocasiones la solicitud sudafricana de «improductiva» e «infundada». Asimismo, el portavoz Mathew Miller ha afirmado recientemente que «no vemos un genocidio». Por su parte, la UE, profundamente dividida en este conflicto, guarda silencio escudándose en el respeto a los tribunales. Fuera de Occidente, el respaldo a la iniciativa de Sudáfrica cuenta con un respaldo más que notorio, con el apoyo público de países como Bolivia, Jordania, Pakistán, Venezuela, Nicaragua o Turquía. Finalmente, cerca de un millar de organizaciones, formaciones políticas y movimientos de la sociedad civil han solicitado a los Estados de todo el globo que lo respalden de forma pública e inequívoca.
