Estados Unidos y Reino Unido han realizado la segunda operación conjunta de ambos países, al bombardear al menos ocho zonas de Yemen controladas por los hutíes, las cuales supuestamente estaban siendo utilizadas como bases de operaciones contra las embarcaciones en el mar Rojo. Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos mostraron inmediatamente su respaldo público a esta operación.