Amnistía Internacional ha pedido al Tribunal Penal Internacional (TPI) que investigue como crimen de guerra tres ataques aéreos efectuados por el Ejército de Israel el pasado 16 de abril sobre las poblaciones de Rafá y Al Maghazi, en el sur de la Franja de Gaza. Tras una investigación de los hechos, se estima que no hubo objetivos militares en la zona, sólo civiles palestinos; los ataques dejaron 44 víctimas mortales, 32 de ellas niños y niñas. «Aun en el caso de que la intención de las fuerzas israelíes hubiera sido la de atacar objetivos militares legítimos en las proximidades de estos ataques, los indicios apuntan a que estos ataques no distinguiron entre objetivos militares y bienes de carácter civil, y, por tanto, serían indiscriminados», señala Amnistía Internacional en su petición al TPI. En respuesta a CNN, las fuerzas armadas israelíes dijeron inicialmente que el ataque en Al Maghazi había alcanzado un «objetivo terrorista», pero se negaron a proporcionar detalle o prueba alguna; posteriormente, dijeron que no había registro del citado ataque.