
El Tribunal Superior de Londres ha liberado bajo fianza al fundado de Wikileaks, Julian Assange, después de más de 5 años de encarcelamiento en una prisión británica de máxima seguridad. El arresto de este ciudadano australiano había sido solicitado por una orden de Estados Unidos relacionada con la revelación de documentos secretos el 11 de abril de 2019, tras abandondar la embajada de Ecuador, donde se había refugiado durante casi 7 años. Diferentes medios coinciden en que Assange habría llegado a un acuerdo con EEUU, declarándose culpable de espionaje a cambio de una sentencia de prisión de 62 meses, tiempo ya cumplido en Reino Unido.
Desde Praefuturus, debemos recordar que, pese a los discursos públicos de Estados Unidos o Reino en favor del ejercicio de la libertad de prensa en países democráticos, que respetan escrupulosamente los Derechos Humanos, lo cierto es que el caso de Julian Assange es un claro recordatorio de que la realidad actual choca frontalmente con los discursos políticos. Su valiente decisión personal de revelar en 2010 públicamente a través de Wikileaks centenares de documentos acerca de la corrupción y los abusos contra esos mismos Derechos Humanos cometidos por Estados Unidos en Irak y Afganistán le acarreó 1.900 días de reclusión.