Rusia refuerza sus lazos con Irán y apuesta por un «gran tratado» bilateral que sea el contrapeso a Estados Unidos, la OTAN e Israel en Oriente Medio y Asia Central, reforzando la cooperación en materia de seguridad, economía, servicios financieros, cooperación energética y lucha contra las sanciones de Occidente. A pesar de quien resulte vencedor en las elecciones generales iraníes, la mala situación de la economía de Irán probablemente juegue a favor de Rusia en estas negociaciones. Por su parte, tanto Estados Unidos como la Unión Europea temen el significado simbólico que pudiera tener un nuevo pacto exterior ruso-iraní para una Rusia que cuenta cada vez con un mayor peso en el llamado Sur Global, además de observar con creciente preocupación la posibilidad del incremento de envíos de drones, misiles y armamento iraníes hacia Rusia para su uso en territorio ucraniano. Igualmente, Israel también estaría muy preocupada por este «gran tratado», puesto que no sólo no ha finalizado los combates en la Franja de Gaza, sino que se prepara para invadir militarmente el sur del Líbano con la excusa pública de enfrentarse a Hezbulá.
Desde Praefuturus, consideramos que este «gran tratado» ruso-iraní tendrá consecuencias significativas de amplio calado: buena prueba de ello podría ser la reciente invitación pública de Estados Unidos al ministro de Exteriores de Israel a la próxima cumbre de la OTAN en Washington.
