
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado la extensión por otro año más la emergencia nacional por terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2.001 al considerar que este tipo de amenazas terroristas sigue existiendo.
Desde Praefuturus, lamentamos el fallecimiento de todas las víctimas por terrorismo, pero también condenamos su instrumentalización por parte de los Estados Unidos en políticas internas y externas desde hace más de 20 años. A estas alturas ya hay suficientes pruebas de la desastrosa política imperial del mundo unipolar soñado por las máximas autoridades estadounidenses: Afganistán, Iraq, Siria, Líbano y Ucrania, por citar sólo unos pocos casos de dominio público. En cuanto al plano interior, esta nueva prórroga sigue suponiendo una merma considerable de los derechos y libertades constitucionales de los propios ciudadanos estadounidenses, en un ciclo cerrado de inseguridad y violencia. Y, a pesar de que se han corregido algunos de los abusos y desmanes más flagrantes desde que se inició en lo que en sus orígenes sólo iba a ser una simple prórroga temporal, todavía queda mucho trabajo duro por realizar para volver a los estándares de derechos y libertares anteriores al propio 11S.