El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha dado la razón al ganador de las elecciones presidenciales de EEUU, Donald Trump, respecto a la necesidad de elevar el gasto en Defensa, avisando de que los aliados europeos tendrán que aumentar la inversión más allá del 2% del PIB. De hecho, ha insistido en que la guerra en Ucrania no se limita a una crisis regional, sino que es una amenaza global que evidencia la colaboración entre Rusia, Corea del Norte, China e Irán. «Estados Unidos puede ser víctima de estos países», ha avisado en una llamada a mantener el apoyo a Ucrania frente a Rusia, un respaldo que el regreso de Trump puede poner en entredicho.
Desde Praefuturus, consideramos necesario incidir en la constante necesidad de la OTAN para buscar excusas que justifiquen su existencia tras el derrumbe de la URSS, para ocultar el hecho de que la OTAN es la alianza militar que más bases militares tiene en el planeta y que actúa como un instrumento militar de la hegemonía global de Estados Unidos. Por su parte, Rutte trata de convencer a la futura administración estadounidense de Trump acerca de la utilidad contemporánea de la OTAN con el argumento de que los aliados europeos seguirán pagando los gastos, de la guerra, comprando el material bélico necesario para su entrega inmediata a Ucrania (principalmente, a través de empresas estadounidenses, o europeas pero con capital mayoritario estadounidense).
¿Justifica la preservación de la OTAN una hipotética prolongación del actual conflicto ucraniano y, tal vez, un hipotético conflicto europeo en caso de escalada militar entre las partes? Algunos líderes de la UE y la OTAN hubiesen respondido antes con una rotunda afirmación, pero la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump ya ha rebajado el grado de osadía entre las élites oligárquicas europeas. Incluso un país tan publicamente probelicista y antirruso como lo es Polonia tuvo que salir al paso ayer asegurando que era la propia Ucrania quien intentaba arrastrarla a un conflicto militar directo con Rusia. Ojalá quede tiempo para detener ese tren antes de que sea demasiado tarde y no nos fuercen a descarrilar para engrosar sus libros de contabilidad.
