
Los líderes de la Alianza de Estados del Sahel (AES), formada por los Gobiernos de Burkina Faso, Malí y Níger, ha rechazado este domingo el nuevo plazo de retirada de otros 6 meses concedido por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), acusándola de mantener «ambiciones imperialistas y neocolonialistas» y de intentar «permitir a la junta francesa y a sus delegados seguir planificando y llevando a cabo acciones contra la AES. «Observamos con pesar que en el seno de la CEDEAO, las maniobras de desestabilización son iniciadas regularmente por un puñado de jefes de Estado que imponen sus deseos y agendas extranjeras al resto», explicaron en un comunicado. Asimismo, también han acusado a Francia de cerrar algunas bases militares en ciertos países africanos, aunque manteniendo una presencia militar «menos visible pero que persigue la misma ambición neocolonial».
Desde Praefuturus, fuimos muy pronto conscientes de la importancia de la creación de la Alianza de Estados del Sahel y de los repetidos intentos por parte de la CEDEAO por impedirlo (incluso poniendo sobre la mesa opciones militares) o retrasarlo varias veces todo lo posible (con el objeto de que el tiempo frustrase dicho proyecto). La importancia de estos hechos no sólo radica a nivel regional: en el plano internacional, la influencia de Francia (antigua metrópoli colonial) y de EEUU se han visto muy afectadas por estos hechos, viéndose desplazados económica y militarmente principalmente por Rusia y otras potencias muy presentes en África pero sin el grave pasado colonial histórico europeo o anglosajón.
Hablando geoestratégicamente, la región del Sahel es muy importante no sólo por sus recursos naturales, sino también por su potencial económico, humano y de militar. De hecho, todas las partes implicadas en la pugna por la hegemonía global son conscientes de que ésta puede ser una región clave en sus objetivos generales, por lo que están apostando muy fuerte en sus movimientos allí estos últimos años: unos reactivando a los grupos yihadistas de la región (como ha vuelto a pasar recientemente en Siria una vez más) o usando organismos sometidos colonialmente como la propia CEDEAO para ejercer sus presiones, mientras que otros están tratando de apoyar el panafricanismo de los Gobiernos que forman el AES para tratar de expulsar la presencia neocolonialista occidental del continente africano (lo que coincidiría con sus propios objetivos nacionales, evidentemente).