
El nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores de Japón, Takeshi Iwaya, se comprometieron a elevar «a nuevas alturas» su alianza bilateral, en la primera declaración de intenciones sobre el rumbo que esperan que tome su cooperación tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Ambos cancilleres esperan «fortalecer aún más las capacidades de disuasión y respuesta de la alianza Japón-Estados Unidos». Además, también se trataron durante estas conversaciones asuntos como la situación de seguridad en torno a Corea del Norte y los desafíos relacionados con China, junto con otros temas de ámbito económico, especialmente de la inversión de empresas niponas en EEUU.
Desde Praefuturus, consideramos clave esta breve reunión, dado que llega en un momento casi coincidente con el anuncio de ayer de las máximas autoridades de China y Rusia de que también pretendían elevar sus relaciones bilaterales a «nuevas alturas». Estos anuncios podrían entenderse como la tradicional renovación de alianzas militares tras la investidura de un nuevo presidente estadounidense, pero también podrían interpretarse como un reforzamiento estratégico que vislumbra un panorama incierto en Asia.