
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha eliminado por decreto la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), una ley que impedía a empresas estadounidenses sobornar a funcionarios extranjeros desde su aprobación en 1977. Esta limitación acotaba el margen competitivo de las compañías norteamericanas, según señaló el propio Trump. «Nadie quiere hacer negocios con los estadounidenses», llegó a decir para justificar esta anulación de la prohibición sobre unas prácticas que pueden ser «comunes» en otros lugares.