
La ministra de Exteriores senegalesa, Yassine Fall, ha acordado con su homólogo francés, Jean-Noel Barrot, formar una comisión para organizar la salida de tropas francesas del país africano, a más tardar a finales de 2025. De esta forma, se pone en práctica el anuncio que hizo el presidente de Senegal, Ousmane Sonko, a finales de 2024 de cerrar todas las bases militares extranjeras en su país. El mandatario había señalado en aquel momento que estas instalaciones «suscitan preguntas legítimas más de 60 años después de la independencia».
Desde Praefuturus, debemos resaltar que el anuncio de Senegal sigue los pasos de otros países africanos (Burkina Faso, Chad, Costa de Marfil, Malí, Níger) que han negociado o exigieron directamente la salida de tropas extranjeras de sus respectivos territorios nacionales durante los últimos años. Una presencia militar extranjera, principalmente de la antigua metrópoli colonial (Francia) pero también de otros países occidentales (Estados Unidos, Reino Unido), que sólo estaban interesados en mantener estructuras de sometimiento neocoloniales a través de distintos medios (económicos, políticos, etc), entre ellos, la presencia de las mencionadas bases militares.
Estos movimientos nos llevan a considerar, una vez más, que Francia está perdiendo su influencia en el continente africano de forma cada vez más acelerada… y con ella, también indirectamente la Unión Europea. El empeño occidental en mantener inhumanas estructuras neocoloniales extractivas ha obligado a los países africanos a buscar una independencia real aprovechando el momento de debilidad europeo (crisis económica alemana, sanciones económicas internacionales contra Rusia por la guerra proxy entre la OTAN y Rusia en Ucrania, atentado contra el gaseodeucto Nord Stream cuya autoría todavía no se ha reconocido oficial y públicamente, imposiciones estadounidenses tanto de la anterior administración Biden como la actual Trump).