
Mark Smith fue un ex diplomático y asesor político de la Oficina de Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo (FCDO). Entre sus responsabilidades, se encontraba la de asegurarse de que las ventas de armas por parte del Gobierno británico cumpliesen la normativa nacional e internacional. Dimitió de ese cargo en 2024 tras más de un año de presiones internas y denuncias de irregularidades. Durante ese tiempo observó cómo los ministros británicos paralizaban, distorsionaban y oscurecían los procesos oficiales para crear una fachada de legitimidad, mientras que permitían que se cometiesen los crímenes más atroces contra la humanidad por parte de los países «amigos». Su preocupación por la Franja de Gaza no cesó al abandonar su cargo, ya que observó cómo EEUU, el principal aliado de Reino Unido, planea la expulsión masiva de casi dos millones de palestinos, lo que ha calificado como limpieza étnica y genocidio.