
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado paralizar toda la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, incluyendo la que ya estaba prometida o en camino (como el armamento estadounidense en territorio polaco que estaba listo para su entrega final a Ucrania). Aunque se ha presentado públicamente la medida como «una respuesta directa» al «mal comportamiento de Zelenski» en la Casa Blanca el pasado viernes, en realidad no deja de ser una medida prevista por todas las partes para agilizar el tan esperado final del conflicto.
Desde Praefuturus, consideramos esta decisión como un hecho fundamental en la guerra proxy entre Rusia y la OTAN en territorio ucraniano. Sin el vital apoyo financiero y material de EEUU, Ucrania no podrá resistir sola frente a Rusia más allá de un par de semanas (incluso un mes a las proyecciones más favorables), a pesar de las ayudas e intromisiones de un Reino Unido y una Unión Europea que no están dispuestos a quedarse sin su trozo de pastel en el reparto de beneficios en lo que quede de la Ucrania occidental.
Sin embargo, también debemos señalar que nos encontramos en una fase muy peligrosa de la guerra hasta ahora. Al verse abocados a reconocer una derrota segura, los actuales líderes ucranianos y sus menguantes aliados internacionales podrían recurrir a medidas desesperadas de todo tipo para escalar y/o regionalizar esta guerra (como el ataque de drones ucranianos contra centrales nucleares en manos rusas, o incluso sospechosos incidentes militares en las amplias fronteras compartidas de Rusia-Bielorrusia con Eslovaquia-Hungría-Polonia-Rumanía).