
Aunque es innegable que Occidente está en crisis y que el imperialismo vuelve a ser un valor en alza, se echa en falta un poco de sensatez entre la clase política y los líderes de la Unión Europea. La disuasión militar que se propone frente a Rusia por parte de la Comisión Europea beneficiará especialmente a Estados Unidos, hará más pobres a los ciudadanos europeos y nuestro continente perderá la poca credibilidad de liderazgo que le quedaba en lo concerniente a la paz. Dos guerras mundiales deberían habernos enseñado muchas cosas. El camino adecuado debería ser la cooperación, la distensión que permita una coexistencia pacífica con Rusia y con cualquier otro país.