La junta militar de Burkina Faso firmó un acuerdo con Rosatom, una empresa estatal rusa de energía nuclear. El acuerdo incluye la posible construcción de una central energética nuclear, dado que hasta la ahora, sólo el 21% de la población del país tiene suministro eléctrico, una prioridad para la junta militar que gobierna Burkina Faso desde finales de 2022. En un futuro tal vez no muy lejano, puede que este sea uno de los múltiples ejemplos que se usarán para explicar cómo la vigencia de unos férreos mecanismos neocoloniales en pleno siglo XXI y la inhumana codicia occidental fueron los mejores aliados de Rusia y China en África en esta nueva Segunda Guerra Fría.