Agricultores de Alemania, Polonia y República Checa se han manifestado contra la política agrícola de la Unión Europea y las importaciones de productos baratos de Ucrania. En una carta conjunta al Gobierno alemán y la Comisión Europea, han pedido una revisión de la política agraria común en la Unión. También han exigido que las importaciones como el grano ucraniano no entren sin control en la UE, alegando que dichas importaciones destruirían los mercados de los tres países ya citados.