El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores condenó el «crimen» y «acto inhumano» que representaba el ataque, al mismo tiempo que pedía al Gobierno y al Ejército de Israel «pruebas» de sus culpas a los milicianos palestinos. Además, durante su estancia en Pekín en el foro de la Nueva Ruta de la Seda, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha calificado de «tragedia» y «desastre» el bombardeo al hospital de Gaza, asegurando que «nadie» en la región quiere «continuar o desarrollar el conflicto».