Los gobiernos europeos temen que un conflicto mayor pueda generar una oleada de refugiados, que terminaría por llegar inevitablemente a Europa, desde donde sería difícil expulsarles dado que casi el 80% de la población ya tiene el estatus de refugiado reconocido por la ONU. Por ello, la UE trabaja con celeridad para firmar con Egipto un acuerdo similar a los que ya tiene con Turquía desde 2016 y con Túnez desde julio de 2023. Actualmente, también se está negociando con Irak en términos similares. Nuevamente, se trata de pactos de control migratorio a cambio de dinero europeo.