El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado que la Franja de Gaza «se ha convertido en un cementerio para miles de niños y niñas», cifrando en 3.500 los menores fallecidos desde el inicio de los bombardeos israelíes. Para los niños, las amenazas va más allá de las bombas y los morteros, ya que sufren por ejemplo de falta de agua potable y comida. Un portavoz del organismo, James Elder, mantiene que las cifras son ya «escalofriantes» y crecen «significativamente» cada día que pasa ante la inacción internacional.