Las autoridades palestinas han rechazado la posibilidad de aceptar los fondos de ayuda internacional recaudados en su nombre por parte de Israel debido a las exigencias israelíes de que esos fondos no sean entregados en la Franja de Gaza. El origen de estos fondos deriva de los Acuerdos de Oslo de 1993, donde se recogía que Israel recaudaría estos fondos de ayuda internacional en nombre de la Autoridad Palestina y se los transferirían de forma normal, tras descontar gastos de servicios públicos como luz y agua. Desde la firma de dichos acuerdos, Israel ha congelado históricamente la entrega de estos fondos de ayuda internacional en varias ocasiones, como forma de chantaje contra la Autoridad Palestina y la población civil palestina.