Un reciente golpe de estado interno contra el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, realizado por la propia junta directiva de la empresa, ha provocado la pérdida de los empleados de OpenAI en su junta directiva. Se calcula que al menos más de 550 de los 700 empleados advierten que se marcharán a Microsoft si la junta no dimite en pleno y Altman no vuelve a la dirección ejecutiva de OpenAI. Un golpe así seguramente tumbe a la empresa, para gran beneficio de Microsoft, que no ha tardado en realizar sus propias ofertas laborales a Sam Altman y Greg Brockman, así como ofertas similares al resto de los empleados de OpenAI que decidan cambiar de empresa de trabajo. A pesar de que la principal causa de este conflicto interno parece ser la pugna entre librada entre los miembros de la empresa afines a las actividades y beneficios empresariales, y los empleados y miembros de la junta afines a la organización sin ánimo de lucro que investiga nuevos sistemas de IA de manera segura, no puede descartarse posibles maniobras de influencia por parte de otros interesados que hubiesen podido conducir a la caótica situación actual en la que se encuentra OpenAI.