Bélgica se ha propuesto como sede para organizar la salida pacífica al conflicto en la Franja de Gaza, promover la estabilidad en Oriente Próximo y avanzar en la concreción de los dos Estados, iniciativa que primero puso sobre la mesa España en la cumbre de líderes de los Veintisiete en octubre. A juicio de Bélgica, «existe un riesgo evidente de regionalización del conflicto».