La junta militar que gobierna Birmania desde el golpe de Estado de 2021 ha condenado a pena de muerte a tres generales del Ejército por considerar que entregaron el control de la ciudad de Laukkai, en el estado de Shan, a los grupos rebeldes que operan en la zona. Supuestamente, los tres generales habrían formado parte de una brigada de las Fuerzas Armadas desplegadas en la zona, de los que se habrían rendido a los rebeldes unos 2.400 militares y 200 altos cargos.