Rusia se ha mostrado abierta a ayudar a la región separatista moldava de Transnistria, cuyos diputados se dirigieron la semana pasada a Moscú antes las presiones de Moldavia, aunque también ha apostó por el diálogo político «hasta el último minuto» como vía para arreglar dicho conflicto. Asimismo, el portavoz presidencial, Dimitri Peskov, también expresó su confianza en que Moldavia no siga los consejos de ninguna potencia ajena a la región y no escoja «la senda de la confrontación y la represión del pueblo».