A la espera de que el voto del exterior confirme la pírrica victoria de la Alianza Democrática (AD), con los socialistas portugueses confirmando ser ya de la oposición, la gran vencedora ha sido la ultraderecha de Chega, que celebra haber roto el bipartidismo y exige negociar para formar gobierno. Durante la campaña, el candidato de AD, Luís Montenegro, había asegurado que no pactaría con Chega, pero está por ver si se cumplen sus promesas electorales. Por ahora, se ha limitado a realizar un llamamiento al resto de las formaciones apelando apelando a su responsabilidad para garantizar la gobernabilidad. En cualquier caso, este ha sido un resultado histórico para la ultraderecha portuguesa de Chega, que ha triplicado sus resultados, convirtiéndose en el tercer partido más votado del país y en la clave del futuro Gobierno de Portugal.