El Fondo Europeo de Defensa (FED) tiene una asignación de 8.000 millones de euros durante el periodo 2021-2027. La industria de defensa y seguridad lleva a cabo las investigaciones militares, cobra las subvenciones de la FED, se queda con la propiedad intelectual de los resultados y se lucra vendiéndolos a los Estados miembros, obligados a ello por la propia regulación de la FED. Paralelamente, el uso militar de la IA plantea serios problemas, ya que cometerán errores con vidas humanas involucradas, sus resultados no son explicables y existe una posible falta de supervisión durante su uso.
Desde Praefuturus, queremos recordar que ya hemos comprobado los efectos que este tipo de tecnologías pueden tener en escenarios bélicos reales, como pudo comprobar el mundo entero al conocerse mejor las terribles consecuencias del sistema israelí LAVANDER en términos de vidas humanas palestinas, así como de otros programas de reconocimiento facial como Red Wolf para rastrear a familias palestinas enteras sin su consentimiento y automatizar las restricciones de circulación.