Al menos 50 personas han sido asesinadas en un nuevo bombardeo israelí durante la noche en un campo de desplazados en una «zona segura» de Rafah, tres días después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenara el fin de la ofensiva militar en esa ciudad ante el riesgo de genocidio. Por su parte, el portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Nail Nabu Rudeina, condenó «este ataque deliberado del ejército de la ocupación» sobre las tiendas de desplazados en Rafah, provocando una «masacre que ha superado todos los límites y requiere una intervención urgente para detener inmediatamente estos crímenes contra el pueblo palestino». En Cisjordania, cientos de palestinos han salido a las calles en diversas ciudades en protesta por este ataque.