La extrema derecha ha conseguido un resultado histórico en las elecciones europeas y se han convertido en primera fuerza política en Francia (donde la Agrupación Nacional de Marie Lepen consiguió el 31,5% de los votos), Italia (donde los Hermanos de Italia de Claudia Meloni consiguieron el 28,8%), Austria (donde el Partido Liberal de Austria o FPÖ consiguió el 25,7%), Hungría (donde la coalición gubernamental Didesz-KDNP consiguió el 44,3%) y Bélgica (donde el partido Vlaams Belang consiguió el 13,9% de los votos). Además, también han dado un salto de gigante en Alemania, donde Alternativa por Alemania (AfD) ha logrado el segundo puesto de los partidos más votos, teniendo únicamente por delante a la conservadora CDU. No obstante, en Países Bajos no han conseguido revalidar su reciente victoria, quedando por detrás de la alianza entre socialistas y verdes. En Polonia, la ultraderecha también habría quedado desbancada por la alianza liderada por el primer ministro Donald Tusk. Los partidos de ultraderecha también consiguieron un tercer puesto en la República Checa (con Prísaha a Motoristé) o en España (con Vox).
