En el año 2019, la Comisión Europea le encargó a la Agencia Europea de Ciberseguridad (ENISA) la elaboración de un Esquema de Certificación de Servicios Cloud (EUCS), para ayudar tanto a los gobiernos como a las empresas de los Estados miembros a seleccionar proveedores de servicios en la nube fiables. Hoy, en 2024, Europa sigue sin EUCS con la soberanía como problema de fondo ante el empuje de las big tech extranjeras como telón de fondo. Un ejemplo muy ilustrativo de la gravedad del debate que le sucedió a uno de nuestro entorno inmediatos: esta semana Microsoft se vio obligado a admitir que no podía ofrecer ninguna garantía de que los datos policiales de las fuerzas del orden de Reino Unido, alojados en la nube del gigante tecnológico, fuesen a permanecer únicamente en el propio Reino Unido.