
Los Veintisiete han acordado prorrogar un año las sanciones diseñadas para frenar el apoyo militar de Irán a Rusia en el contexto de la invasión de Ucrania, así como a grupos y movimientos armados en Oriente Próximo y la región del mar Rojo. Los sancionados están sujetos a la congelación de sus activos en la Unión Europea y se prohíbe que se les transfiera fondos o recursos económicos, de manera directa o indirecta, para su beneficio. También se les impone un veto de entrada a suelo comunitario.