
En su informe Water war crimes («Crímenes de guerra de agua»), la ONG Oxfam Intermón ha denunciado que Israel utiliza el agua como arma de guerra contra la población civil palestina y que las autoridades israelíes han reducido su suministro en un 94%, reduciendo en menos de un tercio la cantidad mínima diaria recomentada para una persona. En el informe, se señala que los ataques israelíes destruyen cinco instalaciones de infraestructuras de agua y saneamiento en la Franja de Gaza cada tres días, así como también se pone en evidencia la destrucción intencionada de pozos de agua y plantas desalinizadoras.