
La grave situación del destrozado Ejército ucraniano en la guerra, la tardanza en la llegada de las armas occidentales, las crecientes voces internas en favor de una negociación (cerca de un 44% según las encuestas oficiales) y la amenaza de que Estados Unidos cancele su apoyo a Ucrania si Trump ganase las elecciones presidenciales estadounidenses, parecen estar empujando a Kiev a buscar por su cuenta una salida negociada a través de China. Además, la insistencia europea en que la única forma de derrotar a Rusia es través de con sanciones y el campo de batalla no se está reflejando en el curso de la guerra y, por lo tanto, el riesgo de una debacle ucraniana es más real cada día que pasa. La solución al conflicto entre Rusia y Ucrania «se debe conseguir por medios políticos», ha defendido Wang Yi, el ministro de Exteriores chino tras reunirse con su homólogo ucraniano, Dmitri Kuleba, en la Cantón.
Desde Praefuturus, ya hemos informado recientemente de que Ucrania podría estar realizando este tipo de iniciativas para salir de un conflicto militar al que ha sido arrastrada por los intereses de Estados Unidos, Reino Unido, la OTAN y la Unión Europea, países y alianzas que la han usado para hundir sin éxito a Rusia en una sangrienta guerra proxy. El fallo en los cálculos occidentales han colocado a Ucrania al borde del abismo total, lo que por ahora sólo deja espacio para un armisticio negociado, que nos tememos que será temporal (en función únicamente de los intereses de los poderes fácticos occidentales).