A pesar de que Israel lo ha denominado una «operación de precisión» contra Hamás, el ataque de este sábado contra la escuela Al Tabaín, en donde se resguardaban unas 350 familias palestinas, ha sido una de las mayores masacres cometidas por el Ejército israelí contra la población civil palestina desde que comenzó su ofensiva terrestre en el enclave palestino. El ataque, que ha causado hasta ahora un centenar de víctimas mortales por medio de dos misiles estadounidenses, revienta todo tipo de negociación no sólo con quienes estaban pidiendo que Netanyahu aceptase un alto el fuego, como Egipto, Qatar o Estados Unidos, sino también cualquier solución negociada con Irán. Por su parte, la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanesse, ha señalado que Israel «está cometiendo genocidio contra los palestinos barrio a barrio, hospital a hospital, escuela a escuela, campo de refugiados a campo de refugiados y una zona segura tras una zona segura».
Desde Praefuturus, coincidimos plenamente con las conclusiones del autor. Estados Unidos ha estado realizando un doble juego desde el inicio de este conflicto: a pesar de que EEUU se lamente en público de las tragedias diarias sufridas por los palestinos ante los medios de comunicación, mantiene un respaldo total (incluyendo la entrega de armamento moderno utilizado por Israel para utilizarlo en la Franja de Gaza) a la parte israelí. Desgraciadamente, también sospechamos que ni Kamala Harris ni Donald Trump cambiarán esta situación cuando uno de los dos candidatos presidenciales ocupe la Casa Blanca, ya que la existencia de un Israel hegemónico en Oriente Medio es uno de los ejes vertebradores de todas las estrategias estadounidenses para seguir imponiendo el control occidental en la región.
