
«Podría haber permanecido en el poder si hubiera renunciado a la soberanía de la isla de San Martín y hubiera permitido que Estados Unidos dominara la Bahía de Bengala», ha denunciado la ex Primera Ministra Sheikh Hasina, tras huir a la India. De nuevo, Bangladesh ha sido espacio de lucha entre India, China y EEUU por la hegemonía de Asia Meridional. A través de este «regime change», todas las partes esperan que el nuevo Gobierno bangladesí abandone su tradicional «ambigüedad estratégica», en beneficio exclusivo de Europa y de Estados Unidos, y perjuicio de India y China.
Desde Praefuturus, coincidimos con las conclusiones de la autora del artículo: los acuerdos firmados en los últimos años por las autoridades chinas y bangladesíes en materia de defensa mutua y comercio internacional a través del llamado «collar de perlas» (los puertos marítimos de la Nueva Ruta de la Seda china), han llevado a Estados Unidos a ejecutar de nuevo un «golpe suave» (con miles de muertos y heridos) contra otro país débil en la periferia de China, con el objetivo geoestratégico de arrinconarla para preservar su propia hegemonía global a cualquier coste.