Tras dos años y medio de conflicto, el Ejército ruso sigue avanzando en el este de Ucrania, Occidente se haya enfangado en su guerra con Rusia y la reciente ofensiva ucrania en el territorio ruso del Kursk no ha sido ni tan profunda (al parecer no habría llegado a 40 km) ni tan consolidada como habrían hecho creer las autoridades ucranianas (pese a que se teme una gran contraofensiva rusa en cualquier momento).
Desde Praefuturus, queremos resaltar que si bien es cierto que la invasión de Kursk ha supuesto una necesaria inyección de moral para las tropas ucranianas, ahora podemos ver que incluso los grandes medios de comunicación occidentales como CNN o ‘The Washington Post’ ya se están preguntado cuál podrían ser la estrategia para apostar las mejores tropas y equipos armamentísticos ucranianos en una polémica invasión del territorio ruso, sin objetivos visibles para una Ucrania muy desgastada por las pérdidas constantes del frente oriental. El argumento empleado por algunos supuestos expertos de que Ucrania podría utilizarse la región rusa de Kursk como moneda de cambio en una futura mesa de negociaciones guarda más parecidos con el pensamiento mágico o una desvergonzada manipulación política.
No obstante, los constantes ataques ucranianos contra las centrales nucleares bajo control ruso, como la de Zapoiryia, podrían aclarar objetivos muchísimo más graves para todos. Es más, no es la primera vez que Rusia denuncia un ataque de drones contra la central nuclear de Kursk y, de hecho, Rusia ha acusado hoy mismo a Ucrania de volver a atacar con un dron kamikaze la central nuclear de Kursk. También es evidente que Ucrania nunca realizaría estos ataques contra centrales nucleares sin contar con el visto bueno de Estados Unidos y la OTAN, que han vuelto a subir claramente las apuestas en su guerra proxy contra Rusia por el progresivo derrumbe del frente militar ucraniano en las regiones orientales del país.
