
La principal organización sindical de Israel, Histadrut, ha convocado una huelga general para presionar al Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, a que llegue a un acuerdo con Hamás para la liberación de los casi 100 rehenes israelíes que siguen en la Franja de Gaza, después de que el domingo fuesen recuperados otros seis rehenes sin vida. Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, arremetió ayer contra el Gobierno al asegurar que «en lugar de pactar, hacen política; en lugar de salvar vidas, entierran a los secuestrados», ya que cada vez son más voces que acusan al primer ministro de boicotear las negociaciones con Hamás. El paro general ha afectado al funcionamiento de los servicios de transporte como el aeropuerto Ben Gurion, además de universidades, la compañía eléctrica y muchas empresas privadas tecnlógicas, aunque se ha limitado el funcionamiento normal de bancos, hospitales y colegios. Por su parte, el Gobierno israelí ha hecho que la Fiscalía Laboral acuda al Tribunal Supremo de Israel, que la ha prohibido esta misma mañana al considerarla un «paro político».