Los ataques masivos e indiscriminados de los dos últimos días en Líbano atribuidos a Israel, han elevado al máximo la tensión en Oriente Medio y han disparado los temores a una guerra total. La primera oleada de ataques ocurrió ayer con la explosión de más de 2.800 ‘buscas’ AR-924, utilizados por Hezbulá, provocando doce muertes y miles de heridos. Aunque en un primer momento se realizaron las debidas preguntas hacia la empresa taiwanesa Golden Apollo, esta desvió la atención al señalar que era una empresa húngara, BAC Consulting, la que se había ocupado. Sin embargo, el Gobierno húngaro ha señalado que BAC Consulting es un mero «intermediario comercial», sin capacidad de fabricación, aunque pudo emplearse una empresa búlgara, Norta Global, para la venta de estos dispositivos. De hecho, la Agencia Nacional de Bulgaria ha explicado que examina la participación de otra empresa, sin nombrarla expresamente.
La siguiente oleada se ha producido con las explosiones de ‘walkie-talkies’, con al menos 20 muertos y 450 heridos hasta ahora. Los walkie-talkies en cuestión habían sido fabricados por la empresa japonesa de telecomunicaciones Icom, que ha anunciado su propia investigación sobre este asunto. Los equipos de Defensa Civil libanesa informaron que sus equipos tuvieron que participar en la extinción de incendios desencadenados en decenas de inmuebles y vehículos a causa de las detonaciones de «aparatos inalámbricos y lectores de huellas digitales». Los hospitales cercanos quedaron colapsados.
A pesar de que la mayoría de los funcionarios israelíes han mantenido el silencio respecto a estas explosiones masivas, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró en un comunicado hoy que «el centro de gravedad se está desplazando, hacia el norte, se están reorientando recursos [a este frente]», reafirmando que «este es el inicio de una nueva fase de la guerra».
Desde Praefuturus, consideramos este grave suceso como un acto voluntario y deliberado para escalar el conflicto militar por parte de las autoridades israelíes. Como ya venimos advirtiendo desde el año pasado, la coalición gubernamental de Israel es muy consciente de que su país no puede conseguir por sí solo sus ambiciosos objetivos expansionistas, ni solucionar los gravísimos problemas en los que ha metido a todos sus conciudadanos en la Franja de Gaza y Cisjordania, por lo que necesita secuestrar a la comunidad internacional en una gran escalada regional e internacional.
Pese a la escasez de las informaciones publicadas, hay una serie de puntos que debemos destacar. Estas oleadas de ataques contra Hezbolá son el fruto de varias operaciones coordinadas de inteligencia. Tan solo la supuesta implantación de material explosivo en los buscas, por ejemplo, debió requerir un plazo de varios meses para su ejecución. Es imposible que Estados Unidos finga ignorancia en este asunto, como aseguró publicamente el secretario de Estados de EEUU, Anthony Blinken. Israel nunca hubiese dado ese paso sin el consentimiento y la complicidad estadounidense, por lo que ambas potencias nucleares se están apresurando por arrastrarnos a una escalada regional sin control en Oriente Medio.
Es más necesario que nunca que los ciudadanos protestemos y nos manifestemos en contra de esta guerra (y en contra de otras aventuras militares similares), que sólo buscan el lucro propio de grandes potencias en crisis posiblemente incluso a costa de nuestras propias vidas.
