
El Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur ha alertado de que ya son 3.000 los efectivos enviados por Corea del Norte a Rusia para su hipotético posterior despliegue en Ucrania, pudiendo llegar a desplegar unos 10.000 norcoreanos en total para el próximo mes de diciembre. Aunque estos militares parecen disponer de una gran preparación física y mental, carecerían de ciertos conocimientos sobre la guerra moderna, por lo que necesitarían un periodo de instrucción antes de ser desplegados en el campo de batalla.
Desde Praefuturus, consideramos necesario recordar que tanto Ucrania (y sus aliados) como Rusia (y sus aliados) han estado haciendo desde el principio del conflicto reclutamientos de soldados más allá de sus propias fronteras. En la mayoría de los casos, estos «voluntarios» extranjeros han pasado a formar parte inmediatamente de las fuerzas militares regulares en ambos bandos. Sin embargo, también se han recurrido a mercenarios nacionales o extranjeros: la antigua Wagner rusa es un buen ejemplo, pero también ha habido reclutamiento de mercenarios nacionales en países OTAN como Estados Unidos, Francia, Polonia, etc, sin el reconocimiento oficial de Occidente.
Dicho lo cual, debemos preguntarnos por qué Corea del Sur ha hecho públicamente este anuncio en este momento. Los tiempos no son casuales. Europa no es Oriente Próximo. Rusia sigue avanzando en el este de Ucrania, mientras mantiene embolsadas a las tropas ucranianas de la fallida incursión en Kursk. Así pues, ni EEUU ni Reino Unido han conseguido rendir demográfica, económica o militarmente a Rusia, por lo que los aliados de la OTAN se dividen entre los que quieren escalar el conflicto a toda costa y los que prefieren negociar ahora con cierto margen de maniobra para salvar su propia imagen pública. A un par de semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la mayor parte de la opinión pública occidental todavía sigue sin sospechar que la magnitud del desastre es total, pero la propaganda amiga por sí misma no basta para transformar la realidad sobre el terreno.
Evidentemente, tanto EEUU como Ucrania necesitan desesperadamente crear un escenario de escalada internacional, para que la OTAN pueda intentar revertir sus actuales fracasos en el territorio ucraniano. Las tropas norcoreanas podrían ser perfectamente la excusa elegida y se ha implicado a Corea del Sur en este peligroso juego en un momento de grandes tensiones en la península coreana. Para salvar su propia hegemonía global, EEUU activó una guerra proxy en Europa (para desangrar a Rusia y a los propios rivales y competidores europeos), apoya directamente los actuales esfuerzos israelíes en Oriente Medio (con el punto de mira sobre Irán y sus aliados internacionales) y muy pronto activará también las tensiones latentes en Asia.