
La cumbre que celebran esta semana los BRICS en la ciudad rusa de Kazán ha puesto en evidencia que en el Sur Global prevalece una apuesta por la negociación para detener la guerra en Ucrania, en contraposición con los esfuerzos de Occidente para aislar a Rusia con sanciones y prolongar el conflicto armado para desgastar a Moscú, aunque Ucrania pierda finalmente la contienda. A dicha reunión han acudido una veintena de líderes de Asia, África y América Latina, que piden una salida negociada en Ucrania y condenan unánimemente a Israel por el genocidio cometido en Gaza y la invasión de Líbano. Por lo tanto es un ejemplo muy visible de que Rusia no sólo no está aislada como pretendían Estados Unidos y la Unión Europea, sino que ofrece junto a China una alternativa política (multilateralismo) y económica (desdolarización, rechazo a sanciones occidentales) al actual escenario mundial donde EEUU es el poder hegemónico que marca el paso. Sin embargo, a pesar de sus profundas diferencias, los Estados miembros del grupo BRICS coinciden en señalar unánimemente que las sanciones unilaterales occidentales van en contra de los estatutos de la ONU, provocando graves daños colaterales en la economía mundial.