La Knésset ha aprobado la ley, con 61 votos a favor y 41 en contra, que permitirá al Gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, deportar a familiares (de primer grado) de «terroristas» convictos a la Franja de Gaza o a otros destinos en caso de que tuvieran conocimiento previo de dichas acciones terroristas y no informaran de ello a la Policía, expresara apoyo a sus seres queridos o «identificación (…) palabras de elogio, simpatía o aliento con un acto de terrorismo (…) o una organización terrorista», según informó The Times of Israel. Para los ciudadanos israelíes supuestos a estas medidas, la expulsión rondría entre 7 y 15 años, pese a lo cual conservarían supuestamente la ciudadanía. No obstante, tanto el Ministerio de Justicia como la Fiscalía han mostrado su preocupación por el texto, puesto que los expulsado serían expulsados a la Franja de Gaza o a otros destinos.
