
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, promoverá en las cumbres del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) y del G20 el ingreso de Ucrania en la OTAN ante el posible distanciamiento de la guerra proxy ucraniana por parte del nuevo presidente salido de las urnas estadounidenses, Donald Trump, que se ha mostrado en repetidas ocasiones muy crítico con la ayuda financiera y militar que Estados Unidos proporciona a Ucrania.
Desde Praefuturus, creemos muy necesario incidir en el hecho que, desde el principio, Reino Unido fue uno de los países más interesados en sabotear cualquier acuerdo de negociación entre Rusia y Ucrania, como logró en Estambul. El hecho de que esté utilizando a Canadá, también uno de los aliados más férreros de Ucrania por iniciativa británica para ejercer presión fuera de los foros de debate interno habituales de la OTAN, muestra claramente que se busca conseguir apoyos externos a la alianza militar para incrementar las presiones diplomáticas desde frentes más amplios, en beneficio exclusivo de la actual agenda de Reino Unido y en perjuicio de los propios ucranianos y europeos en su conjunto.
Asimismo, también deberíamos cuestionarnos por qué el presidente de Canadá va a discutir acerca de cuestiones militares en foros internacionales supuestamente dedicados a la economía y el comercio global. Quizá la primacía de la industria militar es tan evidente que sobran ya las excusas y alegatos diplomáticos para prolongar los conflictos bélicos y/o tal vez estemos siendo testigos de los últimos grandes esfuerzos por encarrilar la situación hacia un callejón sin salida en el caso ucraniano antes de que el nuevo inquilino ocupe la Casa Blanca en enero.