
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha aprobado una nueva doctrina nuclear que permite el uso de armamento atómico en respuesta a ataques convencionales que supongan una «amenaza crítica para la soberanía rusa y/o integridad territorial» de los países que forman la Unión Estatal Rusa – Bielorrusa. El documento también amplia los criterios para una represalia atómica al considerar «ataque conjunto» la agresión de un país no nuclear que reciba apoyo de una potencia con capacidad atómica, en lo que parece una clara advertencia directa a Estados Unidos, Reino Unido, la UE y la OTAN sobre las posibles consecuencias de intensificar su respaldo militar a Ucrania. Además, se menciona por primera vez en un documento de este tipo el uso de drones. Por otra parte, también se recalca que Rusia percibe las armas nucleares como herramientas de disuasión defensiva, reservada para situaciones extremas y de último recurso.