22/10/2025

La embajada de Estados Unidos en Kiev vuelve a funcionar con normalidad después de que cerrar temporalmente sus puertas el miércoles al tener EEUU información sobre el riesgo de un posible ataque aéreo masivo de Rusia contra el territorio ucraniano como represalia por el ataque ucraniano con misiles estadounidenses de largo alcance ATACMS (con la autorización y asistencia de la administración saliente Biden) contra la región rusa de Brianks. Por otro lado, el presidente estadounidense saliente, Joe Biden, se propone perdonar a Ucrania más de 4.600 millones de dólares de un préstamo concedido como ayuda económica, si bien el Congreso estadounidense tiene la opción de negar la petición del todavía presidente.

Desde Praefuturus, queremos reflexionar acerca de un aspecto clave de este conflicto que consideramos que no se está explicando con claridad a la ciudadanía: Ucrania nunca tuvo ninguna posibilidad de pagar los generosos préstamos que le concedían Occidente y la OTAN en su guerra proxy contra Rusia. Por ello, se hicieron numerosos acuerdos públicos y privados para convertir esas inversiones millonarias en beneficios futuros cuando se ganase la guerra (liberalizaciones, reconstrucción, sectores estratégicos, adquisiciones masivas, etc), como se ha hecho otras tantas veces en casos similares (Irak, por ejemplo), pero a una escala mayor de lo habitual.

Ahora bien, el problema para Occidente es que la derrota militar ucraniana implica que todas esos gigantescos préstamos de dinero público (y privado) de los contribuyentes occidentales se quedan simplemente en dinero perdido y deudas masivas, de nuevo, tanto públicas como privadas, que alguien tiene que pagar, por eso nadie quiere reconocer públicamente la derrota ucraniana en Occidente y, por tanto, ninguno de nuestros líderes políticos abandonará voluntariamente el plan militar estadounidense de prolongar la guerra proxy en Ucrania y/o tratar de arrastrar a Rusia a una guerra directa contra la OTAN (supuestamente, sin el uso del armamento nuclear).