
El alto el fuego de 60 días entre Israel y Hizbulá, con EEUU y Francia como garantes, ha entrado en vigor este miércoles, tras lo cual Israel ha asegurado que mantendrá su despliegue militar en el territorio libanés. El plan en cuestión consiste en tres fases: una inicial con la retirada de las fuerzas de Hizbulá al norte del río Litani; una segunda con la retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días; y una tercera con la negociación entre ambos países para fijar su frontera común, que ya había sido designada por la ONU en 2006. En cualquier caso, Israel se reserva el derecho a la «libertad de acción» si manifestase que Hizbulá hubiese roto supuestamente el acuerdo. Por su parte, decenas de libaneses han comenzado a desplazarse hacia el sur del país, a pesar de que tanto las autoridades como Ejército libanés han pedido a los habitantes de las aldeas meridionales que no se apresuren a volver a sus hogares hasta que las tropas israelíes no se hayan retirado y que extremen el cuidado con las municiones sin detonar.
Desde Praefuturus, celebramos la decisión del alto el fuego en Líbano y el fin de las muertes por la guerra, aunque también somos conscientes de que el plazo ofrecido de dos meses se corresponde con la llegada del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, a la Casa Blanca, lo que augura presiones desproporcionadas para que Líbano acepte anexiones territoriales en favor de Israel, como una de las condiciones impuestas para una posible paz permanente entre ambos países.