21/10/2025

Israel está decidido a desarmar al nuevo Estado sirio que surja de la caída de Bashar al Assad destruyendo todos los arsenales y dejando sus tanques a 30 km de Damasco. Pocos creen ya que la intervención militar israelí en Siria es «limitada y temporal». Al mismo tiempo Israel trata de asfixiar a Hezbolá en Líbano y persiste en sus matanzas contra la población civil palestina en la Franja de Gaza. Mientras el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reorganiza las fronteras de Israel a costa de las anexión de territorios de sus vecinos por la vía de la guerra, sin renunciar también a la completa anulación a cualquier precio de la influencia iraní en Oriente Medio.

Aunque supuestamente se está negociando otra tregua para liberar al centenar de rehenes todavía en manos de Hamás, cada vez es más evidente que la supervivencia política de Netanyahu depende de la prolongación de la guerra en Gaza, Siria y Líbano. Todo con vistas a anexionar territorios (sin sus legítimos ocupantes actuales) para ese Gran Israel en ciernes que pretenden los propios socios de coalición del Gobierno israelí.

Desde Praefuturus, hemos alertado de estos hechos casi desde el principio de la invasión terrestre israelí en la Franja de Gaza, a medida que se hacía patente que la administración estadounidense del presidente Joe Biden no sólo protegía diplomáticamente a su aliado en la región como había hecho multitud de veces antes, sino que además desplazaba fuerzas militares considerables en evidente preparación para las escaladas posteriores (fuerzas militares estadounidenses y británicas que en su mayor parte continúan sobre el terreno con excusas parecidas).

Es evidente que el objetivo final es Irán, que hasta ahora no ha mordido voluntariamente el anzuelo con la doble cálculo de que Israel abarque más de lo que pueda y que Rusia pueda llegar a algún tipo de acuerdo para Oriente Medio con la futura administración Trump (algo aparentemente poco probable, como hemos visto con la reciente caída de Al Asad en Siria).

La administración saliente Biden e Israel están dispuestos a llegar a grandes extremos para cumplir sus objetivos compartidos y nacionales. Ya han cruzado casi todas las líneas rojas y están reforzando sus posiciones para cruzar las que aún quedan. No se van a detener voluntariamente, por lo que debemos ser la ciudadanía quiénes les exijamos que lo hagan a través de la movilización ciudadana, la protesta activa y el boicot. De lo contrario, nos conducirán a nosotros, nuestras familias y nuestros amigos a un futuro muy oscuro del que no habrá ninguna salida.

https://www.publico.es/internacional/israel-quiere-cambiar-faz-oriente-medio-intrusion-siria-guerras-libano-gaza-cerco-iran.html