El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha anunciado formalmente la disolución del Parlamento alemán y la convocatoria de elecciones para el 23 de febrero de 2025, después de que el canciller saliente, Olaf Scholz, perdiese el pasado 15 de diciembre una moción de confianza en el Bundestag. «Estoy convencido de que la celebración de nuevas elecciones es ahora el camino correcto por el bien de nuestro país», explicó el propio presidente germano.
Desde Praefuturus, debemos resaltar que este hecho se produce un momento de gran incertidumbre en todos los aspectos que tengamos en consideración en estos momentos (políticos, económicos, sociales e incluso tecnológicos) en un contexto internacional totalmente condicionado por la guerra proxy ucraniana entre la OTAN y Rusia, con sus catastróficas consecuencias económicas para la propia UE, en general, y para Alemania, en particular.
Quien salga vencedor del proceso electoral lo tendrá todo en contra, en el mejor de los casos. No obstante, en el peor, podríamos ver una repetición de la prohibida primera vuelta en las presidenciales rumanas, pero esta vez en un estado supuestamente democrático occidental como es la propia Alemania, si los resultados de las urnas no fuesen del gusto de unas élites europeas que han vinculado su propio lucro a la buena marcha de la industria estadounidense a costa del resto de la población europea.
