22/10/2025

Las recientes declaraciones de Trump acerca de Groenlandia, Canadá, México y el canal de Panamá han puesto a la Comisión Europea en una difícil situación. Por un lado, la UE teme enfadar al presidente electo estadounidense, sobre todo ante el temor de que eso pudiese iniciar una guerra de aranceles con EEUU (su mayor socio comercial). De ahí, el perfil bajo que han mostrado en sus escuetas declaraciones tanto la alta representante de la UE, Kaja Kallas, como la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Idéntico silencio mantienen también estas dos máximas representantes de las instituciones europeas respecto a las supuestas injerencias estadounidenses de Elon Musk, con su apoyo a grupos políticos considerados de ultraderecha europea como Alternativa por Alemania.

Desde Praefuturus, consideramos que los temores de la Comisión Europea están parcialmente justificados, aunque nos tememos que, si la nueva administración Trump considerase seriamente la adquisición territorial de Groenlandia por múltiples razones (geoestratégicas, económicas, militares, etc), no necesitaría el envío directo de su personal militar. Simplemente le bastaría con incrementar la presión arancelaria sobre Dinamarca (país europeo de Groenlandia) y la propia UE, al mismo tiempo que utilizaría su hegemonía mediática para influir en los grupos independentistas groenlandeses.

En el peor de los casos, EEUU provocaría una revolución de colores contra las autoridades danesas, sin enviar un solo soldado. Ya hemos sido testigos de la maestría estadounidense en este tipo de prácticas, durante la Guerra Fría, las revoluciones de colores en Europa del Este o la Primavera Árabe. Ante un escenario tan problemático y distante geográficamente, la UE no podría hacer nada para eludir el inevitable desenlace. Las autoridades comunitarias son perfectamente conscientes de eso, por supuesto, y aguardan tiempos mejores, confiando en que escenarios más prioritarios como China desvíen temporalmente las atenciones estadounidenses. De no ser así, se utilizarán floridos o agresivos discursos públicos sin valor real como los franceses para negociar esperando minimizar las inevitables pérdidas.

En cualquier caso, el ejemplo groenlandés sirve para demostrar, una vez más, que la actual Unión Europea es un mecanismo debilitante, ya que EEUU nunca le permitirá crecer independientemente, para que no se convierta en un rival para su propia hegemonía. Por ello, no importa quién ocupe realmente la Casa Blanca, porque, para EEUU, el pleno sometimiento (y desangramiento) europeo es una cuestión de seguridad nacional desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

https://www.eldiario.es/internacional/amenaza-imperialista-trump-descoloca-europa_1_11952692.html