La vicepresidenta comunitaria de la Unión Europea encargada de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, Henna Virkkunen, ha afirmado que usará «todas las herramientas» de que dispone la Unión Europea para hacer frente a las amenazas de desinformación, manipulación y discursos de odio en Internet. Además, también ha rechazado las acusaciones de censura contra la Ley europea de Servicios Digitales (DSA).
Desde Praefuturus, debemos recordar que el compromiso democrático por la libertad de expresión y los valores democráticos de la Unión Europea sólo es un discurso de buenas intenciones de cara a la galería, que sólo se ponen en práctica cuando defienda los intereses de las máximas instituciones comunitarias o siga la propaganda interna impuesta a la fuerza. En el resto de los casos, se utiliza la misma censura de siempre, pero usando una terminología aparentemente diferente. Sólo tenemos que tener presente el ejemplo de la guerra proxy entre la OTAN y Rusia en suelo ucraniano, pero fuimos testigos de ejemplos similares acerca de los acontecimientos vividos en Palestina y otras partes del mundo.
Es cierto que las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones tienen defectos tanto tradicionales como completamente nuevos, pero también es cierto que hemos tenido ejemplos recientes de los desesperados intentos de mantener a la ciudadanía en un estado de omisión de información clave acerca de eventos recientes o, incluso, de manipulación descarada por parte de la propaganda amiga, con el total apoyo de los líderes e instituciones comunitarios.
En un mundo ideal, la ciudadanía comunitaria debería de poder ser informada de forma veraz y transparente sin temor a omisiones y/o manipulaciones intencionadas, pero lamentablemente, todos tenemos que ser conscientes de que eso no ocurre así en el mundo real. Si las empresas privadas tratan de manipular a diario nuestras decisiones libres a través del marketing o la publicidad para vender sus productos en perjuicio de la competencia, lo mismo sucede en el mundo de la política nacional e internacional, por lo que se considera que es nuestra propia responsabilidad mantenernos bien informados constantemente.
Debemos consultar múltiples fuentes (especialmente las opuestas), verificando el origen de las noticias y siendo conscientes en todo momento de que todo autor, empresa o canal de comunicación (pública o privada) tiene una intención informativa que va a tratar de influir en la información consultada por nosotros, por lo que debemos ser extremadamente prudentes. Siendo críticos (especialmente con nosotros mismos) y no dando ninguna cosa previamente por sentado, quizá disfrutaríamos de una mejor forma de vida incluso en estos momentos inciertos.
