
El presidente francés, Emmanuele Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholtz, insistieron en la unidad europea ante la nueva administración estadounidense de Donald Trump y sus desafíos arancelarios. Intentando dar ahora una imagen de sintonía entre sus países tras las divergencias estratégicas de los últimos tres años, ambos cancilleres han recalcado que buscan una Europa unidad, fuerte y soberana, pero sin abandonar «los vínculos transantlánticos» con Estados Unidos. Por otro lado, también han defendido seguir manteniendo el apoyo a Ucrania frente a la «agresión rusa». En materia económica, también se ha hecho un reconocimiento público de los sectores críticos en los que la UE es deficitaria y dependiente, así como su compromiso conjunto para aumentar la competitividad europea, junto con una corrección del dispositivo de la descarbonización del sector automovilístico, el acero y «suspender durante dos años» de publicar informes sobre sostenibilidad.
Desde Praefuturus, consideramos necesario aclarar algunos aspectos del mensaje conjunto franco-alemán. Ante un nuevo liderazgo en EEUU, ambos mandatarios proponen la continuidad de las nuevas relaciones estadounidenses contra las que dicen no poder enfrentarse activamente, siguen apostando por el mantenimiento de la guerra proxy en Ucrania como excusa para aumentar el gasto militar a costa de los servicios públicos europeos (pensiones, salud, educación, etc) y, por último, proponen una reforma maquillada de los programas de descarbonización y sostenibilidad, que tanto daño han causado conscientemente a las economías e industrias europeas, para tratar de ser más competitivos en un mundo que ya nos está dejando atrás al no haber seguido nunca las mismas reglas (ni siquiera por parte de los propios EEUU, fueran cuáles fuesen sus presidentes o su partido político).